Sobre El Autor
Por más de 25 años me he desempeñado como ingeniero (y me ha encantado y lo he disfrutado enormemente). Desde que tengo uso de razón me ha apasionado escribir. He intentado varios escritos (algunos ya terminados y otros a medias) que han sufrido tropiezos en la ruta para publicarlos. Han sido mis excusas para no hacerlo, todas entendibles y compresibles, y bien argumentadas.
Hoy, con Anomalía 1707, me decidí a publicar, gracias a un enorme empujón que me dio la vida: fue testigo de un acontecimiento que me alentó a sacar lo mejor de mi para relatar una historia en mi estilo y forma, a fin de compartirla con el mundo.
Soy fan de la ciencia ficción, la fantasía, metafísica y tecnociencia. Así, tomo un hecho real y lo «visto» con estas temáticas, porque deseo transmitir la experiencia de lo que «podría ser». Vivo actualmente en Santiago de Chile.
Mis primeros pasos en concursos
Recién en 2022 tuve mi primera participación en concursos literarios. Fui parte de la versión XXI del concurso de cuentos «Santiago en 100 palabras». No gané, pero me entretuve muchísimo compartiendo con mi familia mis primeras andanzas narrativas bajo esta modalidad. De todas formas, salí seleccionado para ser publicado en el libro «Los 100 mejores cuentos de la XXI versión de Santiago en 100 Palabras»… llegaron más de 100.000 cuentos. Para mí, fue un buen comienzo en esta aventura.
Les dejo el cuento que me seleccionaron.
A modo de explicación de términos:
- Plaza Italia es un lugar de convocatoria masiva para protestar en Santiago de Chile.
- Guanaco es un carro blindado de la policía que se usa para la disuasión y «escupe» agua y otras vainas, tal como lo hace el camélido que habita en el altiplano en Sudamérica.
Amor en Tiempos de Protesta
La conocí en plena manifestación en Plaza Italia. Entre la multitud nuestras miradas se cruzaron y fue suficiente. El tiempo se detuvo, el silencio se hizo innato y los participantes se desvanecieron. Nos besamos una eternidad. Nada más importaba.
Afuera, la muchedumbre entonaba alegres cánticos y orquestados gritos contra el Sistema. Repentinamente, nuestra burbuja era sacudida por una turba que huía despavorida del “Guanaco” y las lacrimógenas. Una masa humana nos arrastraba. Nos aferramos de las manos para soportar las brutales embestidas.
¡Se me soltó! ¡La perdí! La busqué por horas. Llegó la noche. Ni su nombre supe ¡La perdí!