Por: Cristian Ocaña
Fecha: 17/Mayo/2011
Oh amor, que todo lo iluminas,
haces que todo gire a tu alrededor,
más lento o más despacio,
en la lluvia o con el sol,
siempre estás allí presente,
pintando los arcoíris de nuestra existencia.
Oh amor, que me aprietas el corazón,
y que entrecortas mi respiración,
me robas un suspiro y
llenas de emoción,
haciendo que el día orbite
o más rápido o más lento.
Todo pasa por ti,
todo depende de ti.
Se que todo está en mí,
que la alegría y la dicha
residen en mi ser y
que tú amor las expandes
y yo las contraigo si estás lejos.
Oh mi amada dónde estarás,
te extraño como la luna al sol,
como Marco Polo a sus Maravillas,
como el horizonte al atardecer,
como la ruta a sus peregrinos.
Tu haces que el amor fluya en mi corazón,
haces que los engranajes de mi vida
encuentren ritmo y conexión,
le den luz a mi ser
para que me comparta en ti entero.
Quiero ya tomarte de la mano
y recorrer nuestro camino,
protegidos por el amor,
por esa eterna energía universal
que mueve todo y
nos lleva de vuelta al Creador,
recorriendo mil parajes,
creciendo y ascendiendo en cada mirar.
Y este viaje no quiero solo hacer,
te he esperado por eones
y lo seguiré haciendo,
hasta que al fin la Divinidad
lo decida y nos reúna.
Sólo cuando te halle
y hayamos juntos
emprendido nuestro propio viaje,
me sentiré al fin completo.