Por: Cristian Ocaña
Fecha: 9/Abril/2022
La conocí en plena manifestación en Plaza Italia. Entre la multitud nuestras miradas se cruzaron y fue suficiente. El tiempo se detuvo, el silencio se hizo innato y los participantes se desvanecieron. Nos besamos una eternidad. Nada más importaba.
Afuera, la muchedumbre entonaba alegres cánticos y orquestados gritos contra el Sistema. Repentinamente, nuestra burbuja era sacudida por una turba que huía despavorida del “Guanaco” y las lacrimógenas. Una masa humana nos arrastraba. Nos aferramos de las manos para soportar las brutales embestidas.
¡Se me soltó! ¡La perdí! La busqué por horas. Llegó la noche. Ni su nombre supe ¡La perdí!