Por: Cristian Ocaña
Fecha: 26/Junio/2023
Esta aventura es una precuela de «Segundas Chances, Historias de Viajes en el Tiempo».
La historia se inicia con el gran descubrimiento que hizo el premio Nobel y físico cuántico, Marcus Garnier, en 2031, junto a un grupo de investigadores del Caltech, el Instituto Tecnológico de California, en Pasadena.
Garnier descubrió cómo viajar en el tiempo. Ello generó en 2037 toda una industria dedicada a los viajes de sanación del alma.
Este proceso fue regulado mundialmente para evitar situaciones anómalas como paradojas, la destrucción de la realidad y la inmutabilidad de los eventos.
De hecho, en 2035 viajar en el tiempo se consagró en un derecho humano. Una organización global velaba por el cumplimiento de estrictos protocolos de no alteración del presente, seleccionando cuidadosamente a los candidatos aptos de manera que la realización de alguna misión al pasado no derivase en una tragedia espacio-temporal que alterase el presente.
Lo que escucharán a continuación, son los sucesos previos a la existencia de tales protocolos y de la súper inteligencia artificial, Annie, que guiaría de manera integral el proceso a través de realidades simuladas, ayudando así a los equipos de trabajo a dar con las acciones exactas de la misión que se debían realizar en el pasado para que el presente global no se alterase.
Esta es la historia de Jonathan, uno de tres los integrantes del equipo del profesor Garnier y que fuera parte de los exploradores iniciales que probaron Kairós, la primera cúpula de viaje al pasado.
Como dice la mitología griega, Kairós es un momento en que algo importante ocurre, es un lapso de tiempo diferente al habitual.
El de Jonathan fue el tercer viaje. Hasta antes de su viaje, los titanes IBM, Netscape y MySpace lideraban el desarrollo tecnológico del planeta. En Silicon Valley toda la investigación y desarrollo tecnológico giraba en torno a estas dos empresas que contaban con las instalaciones más grandes del mundo en servicios en Internet, de nube, redes sociales e inteligencia artificial.
Nokia ya contaba con el 70% del mercado de dispositivos móviles, Napster reinaba en la industria de la música digital, Blockbuster llevaba el liderazgo en los canales de streaming, Atari era el líder indiscutido en consolas de juegos.
En los mercados electrónicos, Barnes and Noble lideraba las librerías en línea y Walmart era el rey en el retail digital.
DeLorean llevaba la delantera en los vehículos eléctricos, los computadores, notebook y tablets de Compaq estaban casi en todas las oficinas y hogares, obviamente con la suite de IBM llamada Linux Office con la que, prácticamente, todos los niños del planeta crecían.
En fin, todo marcha en relativo orden hasta que vino el viaje de Jonathan e introdujo unos “pequeños” cambios. Nadie se dio cuenta pues nadie monitoreaba, sólo confiaban en la idoneidad, ética e integridad de sus científicos.
Este personaje tenía ciertos reparos en su personalidad que si lo hubiesen evaluado en 2037 no hubiese calificado como un postulante válido pues tenía una propia agenda oculta.
Annie, junto a los protocolos de selección, llegaron a determinar que tan sólo el 0,1 del total de postulaciones estaba apta para ser aceptable en entrar a la fase de entrenamiento y búsqueda de la causa a reparar.
De hecho, toda la tecnología provista para la investigación en Caltech para construir la cúpula Kairós era provista por IBM y el sistema de cámaras de monitoreo y vigilancia remota en la cúpula y los exotrajes, fueron desarrolladas por Kodak.
Muchos decía que el profesor Garnier era un sabio que sólo le interesaba lograr su propósito a toda costa y era tildado de desprolijo en algunos ámbitos.
En silencio y sin que nadie se enterase, el profesor Garnier produjo en paralelo un dispositivo atemporal que protegía información sobre el verdadero presente.
En cada viaje contrastaba la realidad presente con el contenido en su caja secreta Hermes, en honor al dios olímpico mensajero, de los viajeros y las fronteras.
Garnier comprobó que los primeros dos viajes no sufrieron cambios alguno que alteraran el presente.
Sin embargo, en el viaje de Jonathan mucho cambió. Verificó una alteración enorme en el mundo tecnológico, a tal punto que cuando volvió poseía una de las fortunas más grandes del planeta.
Obviamente, al presente se autoadaptó a los eventos que modificó Jonathan y nadie supo de su gran jugada.
Nadie excepto el profesor Garnier que acudió de inmediato al FBI para denunciar la situación con la evidencia en las manos que demostró la usurpación espacio-temporal que hiciese su colega investigador.
Bueno, a partir de ese momento las acciones de Jonathan que poseía de Amazon, Netflix, Microsoft, Google, Facebook, Apple y un sinfín más que fueron halladas, fueron retiradas de su poder.
Jonathan fue a momentáneamente a una prisión convencional. Luego pasó a una prisión tempo-dimensional, fuera del espacio tiempo, en animación suspendida, algo similar a la utilizada en la historia de Superman.
Esta situación vivida sirvió para establecer los protocolos que hoy se conocen y que cautelan el presente.
De hecho, el mismo profesor Garnier produjo la nanotecnología que iría incrustada en los exotrajes de los viajeros y que gracias la ayuda de cámaras de ultraminiatura y cobertura de alta densidad provista por Nikon, permitieron monitorear en 360°, y en línea, la actividad de todos los viajeros en el tiempo.
Así, el equipo de vigilancia, junto con Annie, ante el más mínimo indicio de vulneración o corrupción del pasado estaba autorizado para eliminar al viajero, evitando las marejadas o tsunamis en el presente producto de un cambio en los eventos.
De esta forma se podía garantizar que el proceso cumplía con las normas definidas de protección del presente para poder proporcionar la oportunidad de reparación del alma a los seres humanos que lo requerían.